Ambiciosas y diversas, las maquetas son herramientas representativas no exclusivas de los arquitectos. La fascinación peculiar con las miniaturas, y lo que nos dicen sobre nuestro mundo más grande, se extiende a todas las edades, culturas y propósitos. De templos de arcilla escamados del 200 a.C. encontrados en México, modelos de cerámica llevados durante los viajes islámicos medievales, casas de muñecas victorianas y LEGOS, las maquetas son más que construcciones para bebés. Las miniaturas revelan lo esencial, explican conceptos mucho más amplios, contienen datos íntimos e históricos y nos invitan a desafiar nuestro yo y nuestra perspectiva.
Las miniaturas están llenas de pequeñas porciones de nuestro mundo y nuestras vidas. Al trascender las normas espaciales, los modelos imaginan y miden el tamaño y el rendimiento del mundo real. Ayudan a comprender el patrimonio cultural e histórico y su conexión con el mundo contemporáneo. "Los objetos pequeños también desafían la escala con la que nos medimos de nuevo". Por último, los edificios a escala contienen historias, lugares y emociones.
Es un asunto abstracto abordar las relaciones objeto-experiencia y cuerpo-escala para justificar el atractivo de las miniaturas. Sin embargo, además de la ternura compartida y el asombro atónito, los pequeños modelos representan ideas que tienen interpretaciones comunes. Desde ese punto, bajo enfoques históricos, prácticos y arquitectónicos, los siguientes pensamientos pueden revelar por qué las maquetas intrigan y atraen.
Las maquetas son herramientas de visualización
Las maquetas son atractivas porque "controlar un mundo pequeño y reducido puede brindarnos nuevas perspectivas y restaurar nuestro sentido del orden en tiempos inciertos". Estas potentes herramientas permiten que los objetos reales se representen con precisión en tamaños reducidos fijos y se midan para determinar su tamaño y rendimiento en el mundo real. Las minifiguras sirvieron en campañas de diseño militar, y Leonardo Da Vinci fue famoso por crear intrincados modelos a escala de catapultas, botes de pedales y estructuras.
Como característica clave del modernismo arquitectónico, la maqueta en miniatura se convirtió en una herramienta crucial para la educación y la práctica del diseño a fines del siglo XIX. Su resurgimiento, así como el uso cada vez mayor de la fotografía como medio documental, está asociado con el giro modernista hacia la objetividad, la búsqueda de formas de comunicar ideas en tres dimensiones y la posibilidad de examinar un proyecto con el cliente 'en la ronda.'
La vista del dios ofrece "un sentido omnisciente de orden medido". - En miniatura: cómo las pequeñas cosas iluminan el mundo de Simon Garfield
Sin embargo, la intensa búsqueda de un mundo organizado y planificado también tiene críticas. En 1958, Jane Jacobs lamentó que los arquitectos y urbanistas se hubieran encaprichado con las maquetas y las vistas a vuelo de pájaro, una "manera vicaria de lidiar con la realidad", según sus palabras. La miniaturización oculta la naturaleza decididamente desordenada de la vida urbana y las complejas complejidades sociales que hacen que la ciudad funcione. Si bien la vista desde arriba ofrece la ilusión de coherencia, las ciudades solo se entienden realmente a nivel del suelo: "Tienes que salir y caminar", dijo Jacobs.
Las maquetas son eternas
Las efigies arquitectónicas arqueológicas de la Edad del Bronce Medio Siria, el Antiguo Egipto y la Dinastía Han de China establecen modelos a escala más allá de la posición de "ornamento", reajustando la iconografía arquitectónica dentro de contextos más amplios de urbanización y cultura urbana de mundos anteriores. Ya sea que se consideren herramientas de Representación arquitectónica o no por parte de profesionales, la popularidad y la ventaja comunicativa de las maquetas pueden servir para preguntarse por nuestro patrimonio cultural e histórico y su conexión con el mundo contemporáneo, o al menos una visión de cómo pensamos que fue el pasado.
Profundizando en la interpretación de la memoria, el Pabellón de Bélgica en la 17ª Exposición Internacional de Arquitectura - La Biennale di Venezia entregó una versión en miniatura de una región de Flandes y Bruselas para explorar concepciones espaciales, conceptos erróneos y presuposiciones basadas en tiempos pasados y presentes.
Titulado "Presencia compuesta", el Pabellón abordó la cuestión de "¿cómo pueden la ciudad y la arquitectura florecer juntas?" para examinar la compleja relación de "amor-odio" entre la arquitectura y las ciudades. Bajo el lema "la memoria como estudio de diseño", Bovenbouw Architectuur eligió recrear cincuenta proyectos de arquitectura de los últimos 20 años a escala 1:15, mostrando una ecología arquitectónica equilibrada y reuniendo diferentes estilos, funciones y tipologías. Los visitantes pudieron reconocer capas históricas, especificidades morfológicas y choques impredecibles dentro del tejido urbano histórico y contemporáneo.
Las maquetas desafían la percepción
Contrariamente al orden y al control, el discernimiento abierto también es atractivo. Tal como lo describe la autora estadounidense Susan Stewart en On Longing, un experimento realizado en la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Tennessee probó cómo la escala alteraba radicalmente la percepción del tiempo en proporción directa al tamaño.
Los investigadores hicieron que los sujetos jugaran con salas de maquetas a escala de 1/6, 1/12 y 1/24 del tamaño de los maquetas a escala de tamaño completo. Se pidió a los participantes que se imaginaran a sí mismos a esa escala y deambularan por las habitaciones modelo. Luego, se les pidió que les dijeran a los investigadores cuándo sentían que habían estado involucrados con cada maqueta durante 30 minutos. La prueba mostró que el tiempo se experimenta en función de la escala. Por ejemplo, 30 minutos se experimentaron en 5 minutos a escala 1/12 pero en 2,5 minutos a escala 1/24. Stewart llamó al fenómeno del tiempo comprimido "tiempo privado".
Las maquetas son recuerdos
Las maquetas son atractivas porque son portátiles y transportan recuerdos y emociones. ¿Qué tal un Guggenheim para tu escritorio o una Ópera de Sydney en tu mesa auxiliar? Al igual que los recuerdos, las maquetas de edificios y monumentos expresan la variedad y riqueza de las tradiciones culturales sin visitar museos ni cruzar el mundo. Asimismo, las miniaturas transmiten emociones (nostalgia, ilusión, cariño, etc.) vinculadas a una época pasada o al futuro.
"Es lo pequeño lo que tendemos a apreciar"- Una investigación filosófica sobre el origen de nuestras ideas de lo sublime y lo bello por Edmund Burke
Las miniaturas son lo familiar, reducido a lo desconocido. Sirven para comprender el universo en el que vivimos, desencadenando, como una respuesta infantil, diversión, creación, descubrimiento, recuerdo y asombro. Los modelos a escala son atractivos porque trascienden todas las generaciones, culturas y realidades al funcionar como un mundo completo en sí mismos.
